Capítulo 06.
Jimin despertó dos horas después del incidente. Apenado por la pose en que tenía a Jungkook. Se disculpó muchas veces, pero el alfa solamente sonrió llevándole algo de comida.
Jungkook se negaba a salir de la habitación, pidió que se tomara el día libre. Junhyun pasó por la puerta y revisó las heridas de Jimin asegurando que en poco tiempo sanarían, pidió disculpas y le dijo que fuera a casa.
—Debo cumplir con mi turno, doctor, no puedo abandonar mi puesto.
—Puedes hacerlo, Jungkook te llevará a casa, así que anda con cuidado y si necesitas tomarte otro día me avisas y te lo daré con gusto, no te preocupes porque no te descontaré horas, o días.
—Gracias, pero...
—Pero nada, solo anda y reposa, nos importa más tu salud y bienestar —sonríe cálido.
—Bien, muchas gracias, doctor.
Jungkook sale junto a él, se asegura que esté bien abrigado y cubierto. Hasta ese momento Jimin recuerda la bufanda y lleva su mano al cuello.
—No tengo la bufanda —Jungkook suspira.
—Ese infeliz la tocó, no te preocupes traeré otra —habla con ternura.
Jimin niega —Está bien, no te preocupes.
—Claro que me preocupo, ese alfa fue un rotundo idiota. ¿te sientes bien?
—Sí, gracias.
—Perfecto, dime tu dirección.
—Yo puedo tomar un taxi, no te preocupes, Jungkook.
—Quiero llevarte sano y salvo, déjame tan siquiera hacer eso.
—Ya hiciste mucho por mí.
—No, eso no fue nada, cariño —Jimin casi resbala al escuchar esa palabra, Jungkook lo sujeta de la cintura y lo apega a él—. ¿Te hiciste daño?
—No, estoy bien, gracias —Jimin se sonroja al sentir la mano del alfa en su espalda baja.
Jungkook se apresura a abrir la puerta del copiloto, lo hace pasar, Jimin de inmediato se siente en las nubes, el aroma de Jungkook está impregnado. Le comunica su dirección exacta y el alfa arranca el auto yendo con cuidado.
Jimin ruega en todo el trayecto que su padre no esté afuera, no desea que arme una escena. Al llegar, Jungkook baja y abre la puerta de nuevo. Con mucha educación, Jimin agradece, lamenta ser grosero y no invitarlo a tomar un café.
—Gracias por todo, lamento molestar. Si me permites, podría llevarte algo de beber la próxima vez que nos veamos, ¿café o chocolate?
—Chocolate —dicta sintiendo las chispas en el aroma del omega.
—Bien, nos vemos Jungkook.
—Te enviaré un mensaje para asegurarme que estés bien —Jimin voltea y se despide con un saludo. Jungkook espera a que pase la puerta de casa y se marcha.
Jimin cierra los ojos al ver la figura de su padre en el sofá, parece estar algo consciente. Es casi hora de la cena. Deja su bolso en el perchero y sigue su camino. Pero su padre lo detiene haciendo un gesto de asco.
—¿Qué diablos? ¿Por qué traes ese aroma a alfa?
—Hubo un incidente en el hospital —intenta seguir, su padre se pone al frente.
—No mientas, quién sabe qué clase de vida llevas.
—Aún así, fuera eso, no debería importarte, pues soy yo quien trae el dinero a esta casa —el alfa toma del brazo de forma brusca a Jimin y lo arrastra para llevarlo fuera.
—¿Qué haces? Detente —demanda.
Sus hermanos se asoman y Minsuk empieza a llorar, Daebin intenta acercarse, su padre le da una mala mirada y le grita que se lleve a los otros a sus habitaciones.
—Jimin... —Minsuk llama, el alfa voltea y grita usando su voz de mando.
Los menores quedan paralizados, sus ojos se llenan de lágrimas, se sienten incapaces. Jimin niega. Su padre abre la puerta y saca al mayor de casa.
—Regresa cuando se te quite ese asqueroso hedor.
Jimin suspira, ya no quiere llorar. Piensa esperar a que lo dejen entrar por la ventana, voltea abruptamente cuando ve a su padre en ella poniéndole cerradura. Bufa decepcionado, tendrá que dormir fuera.
Su omega gimotea llamando a su alfa. Jimin lo hace callar, odia ser una molestia y carga para los demás.
Se sienta cerca de las plantas que cuida cuando descansa, llora al sentir el frío. Es obvio que enfermará y no puede con más.
No se percata de las llamadas y mensajes de Jungkook.
Está agotado, frustrado, odia en lo que su vida se transformó. No tiene a quién extrañar, no cree en los dioses y su misericordia.
Suspira secando sus lágrimas, después de estar con lo único que deseaba era recostarse en su cama y guardar la ropa en su armario para que las demás tuvieran algo del aroma de Jungkook.
La noche pasa lenta, solamente desea que sus hermanos estén bien, seguramente su padre los encerró en la habitación de Minsuk, ya que no tiene ventanas. Ha intentado llamar, pero ninguno responde, lo más probable es que también los despojó de sus celulares. Son aparatos de segunda, eran más una necesidad que un lujo el tenerlos, no son para nada sofisticados, pero sirven para comunicarse con sus hermanas más que nada.
Son las diez de la noche y el frío es insoportable. Toma su celular recordando la otra vez que intentó buscar ayuda de la policía. Ellos dijeron que su padre tenía razón, que quizá Jimin era el culpable de todo.
Antes de arrepentirse, manda un mensaje al único amigo que ha tenido. Aunque piensa y piensa en hacerlo, ya que eso querrá una explicación. No desea hablarle a Jungkook, le da vergüenza.
Cierra los ojos y marca el número, un par de timbres después —Bueno...
—Taehyung... —intenta no llorar.
—Jimin, ¿qué sucede?, ¿estás bien? Mi alfa me contó lo que sucedió, quería visitarte, pero no sé dónde vives, y te llamé, pero no respondiste, supuse estabas dormido.
—Estoy bien, supongo.
—Amigo, no te escuchas bien. ¿Qué pasa? —Taehyung se pone de pie tomando las llaves de su auto sin saber a donde dirigirse.
—Quiero pedirte un favor, pero por favor no me pidas explicaciones. Te lo ruego —llora.
—Claro, dime qué sucede, ¿llevo pala y bolsa?, ¿necesitas dinero?
Jimin sonríe en medio del llanto —No, solo necesito que me dejes quedarme en tu casa, por favor. Solo será por esta noche, hace mucho frío y no me siento muy bien.
—Claro, por el amor a la luna, dime donde estás —Jimin da la dirección. Esperará en la carretera principal para no hacer llegar a Taehyung hasta casa.
Se abraza así mismo y espera donde se siente seguro, diez minutos después ve el auto del omega acercarse. Taehyung se cubre la boca al notar a Jimin temblando de frío, no tiene nada encima más que su uniforme de enfermero.
—Por la luna, Jimin. Vamos, entra al auto —lo toma de la mano y lo sienta en el copiloto—. ¿Estás bien? —pregunta luego de cubrirlo con uno de sus abrigos.
—Sí, lamento molestar, en verdad lo siento mucho.
—Tranquilo, iremos al hospital.
—No. No por favor, no.
—Bien, tranquilo.
—Si te puedo causar problemas... y rayos, lamento tanto molestar, podrías prestarme para ir a un hotel y prometo devolverlo mañana mismo.
—No, qué mierda dices Jimin, irás conmigo a casa.
—¿Y Sungbae?
—En su cama, la niñera está en casa, no te preocupes, necesitaba hacer unas diligencias en el día, ella llegó para cuidar de mi pequeño.
—Bien, eso es bueno.
Jimin ya no dice nada más en todo el camino, Taehyung no sabe que más decir. Al final llegan a la casa del omega. Bajan del auto y el castaño guía a su amigo a una de las habitaciones de invitados, le da algo de ropa. Jimin pide con mucha pena permiso para tomar una ducha.
—Claro que puedes, no tienes que pedir permiso.
—Gracias, Taehyung, perdón de nuevo.
—Basta de eso, eres mi amigo, para eso estamos, ¿no? —lo abraza y Jimin suspira pestañeando para evitar llorar—. Iré a preparar algo de té, ¿comiste algo?
—El té es perfecto, gracias.
—En el baño hay un botiquín por si necesitas cambiar tu vendaje.
—Gracias, prometo compensarte todo.
—Nada de eso, dentro de un momento vuelvo —sonríe para darle tranquilidad.
Taehyung sale y Jimin va directo a la ducha a pesar de los reproches de su omega, ya que si toma ese baño el aroma de Jungkook desaparecerá, pero Jimin necesita bañarse y quitarse la sensación que siente.
Aprovecha el agua que cae para poder desahogarse y llorar hasta que siente quedarse sin ninguna lágrima.
Solo quiere saber que sus hermanos están bien, solo quiere ir a casa a pesar de todo. Jimin sale de la ducha y se pone la muda de ropa que Taehyung le dio, se acuesta en la cama y cierra los ojos. Taehyung había llegado aún cuando estaba en la ducha, así que decidió darle tiempo y espacio.
Cuando regresa de nuevo, encuentra al omega completamente dormido, suspira y lo cubre con cobijas.
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Jimin despierta al amanecer, son cerca de las cinco de la mañana, agradece internamente. Se apresura a limpiar y recoger. Sale de la habitación y se encuentra con el omega, le sonríe y agradece diciendo que explicará después, pero primero debe hacer algo importante.
Se apresura y toma el primer bus, se siente nervioso, solo espera que sus hermanos estén bien. Se siente algo adolorido y su cabeza duele, solo espera no enfermar.
Al llegar intenta abrir la puerta, por suerte la encuentra sin cerrojo, sube de inmediato a la habitación de Minsuk, tal y como lo sospechaba, su padre los tenía encerrados. Entra con sigilo y los ve profundamente dormidos, les dará un poco más de tiempo antes de despertarlos.
Deja la puerta entreabierta y toma su celular, por todo lo que sucedió no se percató de los demás mensajes del alfa. Maldice y responde avisando que está mejor.
Jungkook le dice que pasará después por él para llevarlo a revisión, Jimin estaba por negar cuando Minsuk se aparece con lágrimas en los ojos.
—Lo siento, perdónanos por favor, no pudimos evitarlo —se aferra a su torso, el omega se pone a su altura y lo abraza.
—Está bien, no te preocupes, todo está bien.
—¿En dónde estabas? —hipa y a Jimin se le parte el corazón al ver sus ojos llenos de tristeza.
—Llame a un amigo, él me ayudó, ¿cómo están las chicas? —pregunta peinando su cabello. Justo las gemelas salían, Daebin se acerca con el rostro avergonzado.
—Bien, lo lamento, hermano.
—Ya pasó tranquilos.
Daesun suspira pesado, chasqueando la lengua —Pues todo se pudo haber evitado si tú no hubieses aparecido apestando a alfa.
Jimin se pone de pie, serio —No sabes lo que sucedió. No tienes derecho...
—Maldición, no me vengas con ese cuento porque tú tampoco tienes derecho a nada. Es tu culpa Jimin, papá te sacó con mucha razón.
—Daesun, basta ten un poco de respeto a mi persona...
La omega bufa riendo con burla —Vamos, ¿supones que nosotros creemos que en realidad quedaste en ese hospital por tu inteligencia? Somos omegas, solo es necesario ponerse en cuatro y tienes todo lo que quieres.
Jimin enfurece, sus otros hermanos están sorprendidos por las palabras de Daesun —Detente.
—No, no eres mi madre para decirme que hacer o no. Así que si me permites iré a tomar un baño, Minsuk apestó la habitación con su asqueroso olor a tristeza —Daesun se aleja de ellos, Daebin está por perseguirla, pero Jimin lo evita.
No es secreto que la omega guarda cierto tipo de resentimiento contra Jimin, hasta ahora no lo entiende. Por más que ha intentado acercarse, ella lo aleja más, ya sea hablando, intentando pasar tiempo de calidad, comprándole algún obsequio, intentar pasear, ver una película, tener una tarde de omegas, de todo y nada parece funcionar.
Jimin se frota el rostro, no quiere llorar, se odia en este momento, en las últimas horas no quiere hacer más que eso.
—¿Qué te sucedió? —Daebin se acerca al ver el vendaje en su cuello.
—Un incidente en el hospital, un alfa estaba herido y en celo. Jungkook llegó a tiempo y me salvó de ser mordido.
—¿Pero qué diablos? —la alfa se preocupa.
Minsuk abre sus ojos con sorpresa —Ese es el alfa, ¿verdad?
—¿Qué alfa? —Daebin frunce el ceño, no entiende de que hablan.
—Uno de mis pacientes.
—Es por eso que tenías ese olor, ¿no es así?
—Sí, él me ayudó, me asusté mucho.
—Eso fue amable de su parte, debemos prepararle un desayuno como agradecimiento —ella dice emocionada.
Minsuk niega con el rostro asustado. Daebin era una pésima cocinera.
—Yo lo haré, ustedes vayan a cambiarse. Se les puede hacer tarde —ambos alfas salen para prepararse y tomar una ducha, Jimin aprovecha a ir a su habitación para cambiarse de ropa y luego preparar el desayuno.
Al salir se apresura a preparar algunas tostadas con huevo y aguacate. Suspira al ver que ya no hay más jugo, ni leche.
Intenta poner su mejor sonrisa y Daebin va directo a buscar agua y le sonríe para calmarlo —Daesun se adelantó —la alfa informa.
—No desayunó —Jimin suspira.
—Le llevaré un emparedado, no te preocupes, ella ya puede hacer sus propias cosas, Jimin.
—Lo sé, lo sé, es solo...
—Nos amas, lo sabemos, ya recapacitará. Hablaré con ella.
—Está bien, la verdad la otra semana tengo cita en su escuela para una reunión, aprovecharé para charlar con su terapeuta.
—Perfecto, hermano, gracias por estar pendientes de nosotros.
—Es con gusto —Jimin sonríe al notar a Minsuk frente a él con algo de crema para su cabello, le gusta que lo ayude a peinarse.
Prepara algo para que lleven y salen de la casa, caminan por toda la avenida, Minsuk sonríe feliz sujetando la mano de su hermano. Cuando tienen dinero suficiente pueden tomar algún bus y cuando no, caminan, para suerte de ellos la escuela queda a quince minutos de donde viven.
Al llegar a la entrada ambos se despiden. Daebin es recibida por sus compañeros y Minsuk parece un poco tímido hasta que Jimin ve a un lindo niño acercarse a él y tomarlo de la mano. El pequeño alfa voltea a verlo con un leve sonrojo en las mejillas y se despide al igual que su compañero.
Jimin regresa a casa abrazándose así mismo. Pasan algunos minutos cuando siente un auto a su lado. Se pone serio, apresurando el paso y traga temeroso.
Escucha cómo la ventana baja y todo dentro de él se calma al escuchar la voz de Jungkook. Voltea de inmediato y sonríe con alivio. Jungkook estaciona y baja de inmediato.
—Hola, Jimin, hace frío, ¿qué haces afuera?, ayer estuve intentando contactarme, estaba por venir a tu casa, llamé a Taehyung y dijo que era mejor esperar, ¿dónde estabas?
—Hola, Jungkook —sonríe enternecido—. Llevé a los chicos a la escuela.
—Qué lindo pero, ¿cómo te sientes? ¿Te duele la herida? —se acerca inspeccionando su cuello, siempre dando su espacio personal para no incomodarlo.
—Mejor, gracias. Ya me siento mucho mejor.
—Me alegro —sonríe con tranquilidad—. ¿Listo?
—¿Para qué?
—El mensaje que te envié, dije que te llevaría a revisión —Jimin se da un golpe mental, olvidó por completo negar.
—No es necesario, en verdad yo me siento muy bien.
Jungkook no quita la mirada de él —¿Estás completamente seguro?
—Sí, no hay de qué preocuparse.
—Entonces iremos a comer, ¿ya desayunaste? —se apresura a abrir la puerta del auto.
—No, pero...
—Entonces vamos...
—Yo...
Jungkook le da una leve sonrisa —¿Te desagrada la idea, o te sientes incómodo?
—No, no es eso, solo no quiero molestar.
Jungkook se acerca y toma la mano del omega, Jimin boquea sintiendo una leve corriente recorrer su piel. El alfa lo toma con tanta delicadeza y suavidad.
—Jamás serás una molestia. ¿Qué quieres comer?
—Yo no sé qué decir, debo parecer un tonto, lo siento —Jimin se sonroja.
—Tranquilo, todo bien —dice viendo cómo Jimin intenta ponerse el cinturón después de pedirlo. Al notar que está muy nervioso y no lo logra, se acerca—. Permíteme.
Jimin contiene la reparación cuando Jungkook pasa sobre él para tomar la cinta y ajustarlo en el lugar correspondiente. El alfa sonríe feliz —Listo.
—Gracias... —balbucea.
Jungkook se apresura a llegar al otro lado y subir, pone el aire acondicionado para darle algo de calor a Jimin, luego arranca buscando algún restaurante.
—¿Cómo pasaste la noche?
—Bien, gracias —miente.
—Quiero que sepas que puedes contar con mi persona, Jimin.
—Gracias, lo aprecio.
Jungkook ladea el rostro al notar la expresión en su rostro —Bien Jimin, no pretendo ser grosero, pero ya me viste el trasero, así que me gustaría saber más de ti —sonríe al escuchar la risa del omega.
—Soy enfermero, ya sabes, me gusta mucho el café... —se sonroja un poco al decir eso con mucha emoción—, me gusta pasar el tiempo con mis hermanos y me gusta mucho el frío.
—Eres fan de estas épocas —pregunta refiriéndose a la Navidad.
—No tanto, en realidad es mi época menos favorita —Jimin se pierde en el movimiento de las manos del alfa sobre el volante.
Jungkook sonríe —Supuse eras un fanático de la Navidad, permíteme —pide cuando se estaciona para bajar del auto y abrir la puerta para que Jimin baje. Jungkook siempre lleva algún suéter o abrigo de más en el auto. Así que cuando el omega baja de inmediato lo cubre.
—Gracias —Jimin sonríe.
—De nada —Jungkook abre paso para poder entrar al restaurante, es temprano, pero sabe que sirven desayunos muy deliciosos—. ¿Entonces no eres de esos que inician con toda la locura de fin de año desde octubre?
—No, las luces, la música me causan migraña —suspira en medio de una sonrisa nerviosa.
—¿Tu familia no te hace problema por eso? —pregunta sin saber.
—No, papá nunca está, madre no tenemos y mis hermanos y yo no tenemos... esa costumbre, tradición —levanta los hombros restando importancia.
—Lo siento, no pretendía ser entrometido —Jimin se relame los labios nerviosos, hablar con Jungkook era fácil, su olor tan relajante y pacífico.
—No te preocupes, todo bien, quizá algún día encuentre algún motivo para amarla de nuevo.
—Espero que sí, cumplo años el veinticuatro —Jimin voltea a verlo, está un poco impresionado.
—Bueno, no prometo nada, pero creo que ya tengo una muy buena razón para que me guste —sonríe.
Llegan a una de las mesas y Jungkook empieza una linda charla contándole de su vida —Bien, como sabes, soy un muy guapo alfa que necesita ser medicado para poder vivir tranquilo —Jimin sonríe en grande y Jungkook cree haber ganado la lotería.
El alfa continúa: —Tengo un gemelo, me gustan mucho las galletas con chispas de chocolate, que por cierto las que me regalaste estaban deliciosas, nunca había probado una igual. Lo juro. Me gusta el fútbol y estar en casa.
Tímido Jimin juega con la manga del abrigo —Me alegro de que te gustaran, gracias. En verdad gracias por todo —baja la mirada sintiendo que se pondrá a llorar de nuevo.
Jungkook se atreve a tomar sus manos y cubrirlas con las suyas —No hay nada que agradecer, estoy aquí Jimin —una lágrima escapa de sus ojos. Jungkook acuna su rostro y la limpia con su pulgar—. ¿Qué sucede, cariño?
—Nada, y de nuevo gracias, lamento seguir con lo mismo.
—No hay nada que disculpar... —se ven interrumpidos por el mesero. Jimin pide a Jungkook ordenar porque a decir verdad no tiene mucha cabeza para eso en ese momento.
Cuando el mesero termina de anotar todo lo que Jungkook dice, se retira —¿Tomarás el día de mañana para descansar?
—No, prefiero estar en el trabajo, tengo un paciente al que debo inyectar cada día, no puedo faltar —sonríe.
—¿Me estás siendo infiel, Jimin? —Jungkook finge indignación.
El ojiverde se sonroja; sin embargo, le es posible hablar —No, hasta ahora es mi paciente favorito —sonríe tímido.
—¿Hasta ahora? ¿Es decir que hay posibilidad que me roben ese puesto? —se acerca alzando una ceja.
Jimin ríe bajito —¿Quién dijo que estaba hablando de ti?
Jungkook niega —Rompiste mi corazón omega, eso fue cruel. ¿Así que hay alguien más? —pregunta apoyando su mentón sobre sus propias manos, le observa fijo.
—No creo que sea posible, pero nunca se sabe —Jimin intenta aguantarle la vista.
—Es decir que estoy celoso de alguien que aún no llega. Eso es maldad pura —al notar lo cohibido del omega, Jungkook busca en su abrigo y saca una bolsa, Jimin observa—. Es para ti.
—¿Qué? ¿Por qué? Ya no debes hacer eso.
—¿Por qué no? Además, ese tonto destruyó la bufanda que ya te había dado. Ábrelo —pide y Jimin suspira tomando la pequeña bolsa, la abre esbozando una leve sonrisa.
—No debiste molestarte de nuevo —dice sacando la bufanda.
—Hace resaltar el color de tus ojos, permíteme —Jungkook dice y se inclina tomando la acolchada tela para ponerla en su cuello, Jimin observa el rostro del alfa percibiendo el aroma a café tan cerca, tan perfecto.
—Gracias... —ambos se observan y sonríen. Tiempo después la comida llega y Jungkook se asegura que Jimin coma todo lo del plato. Sonríen y todo fluye de una manera impresionante, hablan como si fueran conocidos desde hace tiempo.
Jimin se percata de la hora y Jungkook lo lleva de regreso a casa. El alfa baja y abre la puerta tendiendo su mano para ayudarlo.
—Si no te molesta, mañana puedo pasar por ti.
—¿Qué? No, eso sería mucha molestia, no, yo puedo tomar el autobús.
—Nada de eso, vendré por ti, así me inyectas antes de que yo vaya a trabajar —sonríe.
—Pero...
—No me dejes plantado, Jimin.
—Bien —sonríe.
—Te veo mañana.
—Gracias por todo, fue muy lindo.
Jungkook suspira con el deseo de acercarse y darle un abrazo y marcarlo con su aroma —A ti, por aceptar —sube al auto antes de cometer alguna imprudencia que pueda incomodar a Jimin.
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